Creo que hoy toca hablar de amor, no solo porque se acerca San Valentín, sino porque deberíamos hablar de amor siempre y a toda hora. De amor en mayúsculas, de amor incondicional. Deberíamos ver el mundo con más amor, en vez de con odio, indiferencia, crítica…
Hoy y siempre, toca hablar de amor. En post anteriores ya he hablado del tema desde diferentes vertientes. Lo que dice el Ho’oponopono, técnica hawaiana para devolvernos la alegría de vivir o el amor cómo respuesta a todo y como crecimiento personal junto a la persona amada en el post Todo lo que necesitas es amor.
Hoy toca hablar de amor incondicional hacia la humanidad, hacia todo lo que nos rodea. En coaching vemos con frecuencia como los idealistas no son capaces de ver lo bonito de la realidad. Lo idealizan todo hasta tal punto que no son capaces de ver la belleza. ¿Y sabéis cuál es el antídoto para los idealistas? Mirar las cosas con amor. Cuanto más amor pongas en tu mirada, más bella verás la realidad que te rodea. Tuitea esta frase.
El amor incondicional como respuesta
Algunos santos y místicos lo han tenido muy claro a lo largo de los siglos y se ha escrito mucho sobre el amor. Pero este poema en concreto, atribuido a San Francisco de Asís, encierra la clave del amor incondicional. Humildad, servicio al prójimo y amor.
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.
¿Y qué se puede decir después de este inmenso poema que resume la vida de San Francisco de Asis? Poca cosa más se podría añadir. Sin embargo, como tengo alma de poeta, os dejo unos versos improvisados mientras escribía este post e inspirados en San Francisco.
Limpia de culpa tu alma,
Escucha a tu cuerpo, que es muy sabio,
Cambia lo ideal por lo real,
Pon amor en tu mirada.
Escribe tu historia en mayúsculas,
Permítete soñar a lo grande,
Cada día es un nuevo comienzo,
Pon anhelo en tu mirada.
No hay mal que por bien no venga,
Todo obstáculo es un aprendizaje,
Saca tus propias conclusiones y avanza,
Pon conciencia en tu mirada.
Ha sido muy intenso el sentimiento de amor incondicional y muy intenso San Francisco. A mí me ha inspirado el poema que acabas de leer y a tí, ¿qué te inspira el poema de San Franscisco?
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